Por Henry Zúñiga Rodriguez | Costa Rica
Especialista con más de 25 años en consumo masivo
Claramente el pensamiento del consumidor a partir del Covid-19 es otra cosa, surge la sensibilidad de valorar más allá de un producto, de un precio o una experiencia de compra, es decir, tenemos un comprador y consumidor más preocupado por una compra inteligente.
¿Y qué es una compra inteligente? No solo aplica querer comprar un producto de precio bajo sino un producto que le genere valor. En pocas palabras, el producto percibido como de buen precio, es cuando el valor percibido que genera el mismo es mayor al precio que pagamos por él.
Hoy tenemos un consumidor más restringido por la pérdida de capacidad de compra, algunos subsisten con lo más básico, la resultante de esto es reducir el presupuesto destinado a compras o consumo en general; una forma de lograr estirar y tratar de no variar su estilo de vida es buscar marcas que generen mayor valor.
Algunos de estos consumidores buscan nuevas marcas de menor precio, pero que satisfacen la necesidad inmediata, empaques más pequeños o compras a granel para no pagar por el empaque, inician o consolidan el uso de marca privadas o marcas controladas por los retailers, refuerzan más la quiebra de la compra entre lugares, para así lograr maximizar su presupuesto.
Pero, adicional a todo esto, tenemos un consumidor más sensible y con el compromiso de ayudar desde su compra a aquellos comercios o marcas pequeñas que tal vez no están tan posicionadas, pero son producidas o comercializadas por un pequeño empresario, sin que esto signifique que el producto no sea de buena calidad y tenga un buen precio; o marcas alineadas con la responsabilidad social y ambiental.
Me atrevería a decir que estamos ante un cambio como nunca se había visto, donde las marcas líderes o emergentes deben conectar con el consumidor final, ser muy creativos e innovadores, con grandes productos o marcas no servirá de nada, si estos no logran satisfacer las necesidades de los consumidores y las necesidades de una sociedad cada vez más con mayor conciencia.
El cambio entre marcas de la misma categoría o subcategoría es notorio con solo ir a un punto de venta y observar a un comprador en su momento de compra o con solo analizar la información de los sistemas, veremos marcas líderes perder contra marcas desconocidas, veremos formatos que venden productos de marcas no reconocidas, pero de buena calidad crecer cada vez más. La incertidumbre nos ha llevado a que el consumidor y/o comprador, tenga una mente más abierta; y esta guerra la ganarán aquellas marcas que lograron conectar con el consumidor final a través de un propósito.